jueves, 23 de septiembre de 2010

El virus más socialmente mortal de nuestra era

Vale, sí, llevo mucho tiempo sin publicar nada. No es sólo que haya estado ocupada entre los exámenes de junio y septiembre, que lo he estado, sino que tampoco tenía un tema relevante sobre el que escribir. Puede ser porque tampoco he estado leyendo durante este tiempo, y sé positivamente que, como todos, yo funciono por imitación, y no tengo una iniciativa puramente autónoma, sino que sólo me dan ganas de escribir cuando leo lo que otros han escrito.

Puede ser también que este impulso se apaga conforme me va invadiendo ese virus que se extiende en nuestra sociedad y que es más peligroso que ningún otro: la desidia. Cuando las cosas dejan de interesarte, cuando dejas de ver el telediario o leer los periódicos, parece que todas aquellas noticias no van contigo, que tu mundo no tiene nada que ver con aquello que cuentan en la prensa, pero, como dice una pintada gigante en la pared de mi facultad, los dirigentes hacen lo que el pueblo les consiente, y una de las formas más tristes de consentir que algo pase es no involucrarse, no posicionarse, no interesarse y finalmente pasar de todo. Tener a la juventud completamente fuera de juego es una estrategia de puta madre para campar a sus anchas por nuestras vidas, y nosotros ni siquiera necesitamos que nadie nos manipule, sino que voluntariamente parece que nos desvinculamos de todo lo que pasa a nivel regional y local, y mucho más a nivel nacional, pero ese mundo que tan poco nos importa es el que nosotros tendremos que sacar adelante antes o después, y lo que vamos a legar a la generación de nuestros hijos.

Sí que abundan las descalificaciones a todo lo que nos rodea, pero sólo eso, ninguna intención de hacer nada al respecto. Ése es el virus del que hablo, la desidia, que se ha hecho con nosotros y nuestros entornos, e incluso se ha convertido en una cualidad que muchos se muestran orgullosos de atribuirse.

miércoles, 21 de abril de 2010

Sobre lo que se aprende en el colegio, hoy.

Estoy que trino. De verdad, ando todo el día enfurruñada, atenta a cualquier información sobre la noticia que me irrita, para leerla ávida y veloz y así tener más motivos para cabrearme. Y espero a que cualquiera me haga el mínimo comentario sobre el tema para saltar, como una alarma de incendios, alto y claro, y también cargante sobre el que haya osado despertar a la bestia.

La noticia en cuestión es la de la niña del instituto de Pozuelo que decidió empezar a llevar el hiyab y fue apartada por eso. Ahora parece que se despierta el debate sobre si habría que legislar al respecto del pañuelo islámico en los institutos públicos. Sinceramente, no me parece que sea ese exactamente el debate que se nos plantea, sino otro de mucho más calado en nuestra sociedad.

Algunos contertulios han comparado en intervenciones bastante desafortunadas el ir un colegio con ir a una discoteca o cualquier otro lugar con su "derecho de admisión" legítimo. Me parece, para empezar, una barbaridad que alguien haya podido concebir esta comparación, amparándose en aquello de "si no te gusta, vete a otro". No, señores. Estamos hablando de educación, que, por si a alguien se le olvida, es un derecho fundamental de cualquier ciudadano, no es como ir a una discoteca o a una piscina.

Como decía, me parece que el debate debería centrarse más en delimitar hasta dónde tienen derecho los centros educativos de establecer sus normas. Sobretodo, cuando son normas que, por mucho que existieran antes de que se planteara esta situación, que todavía podemos hacernos los despistados y decir que es "nueva", vulneran los derechos fundamentales de los alumnos, o incluso son anticonstitucionales.

Sí, anticonstitucionales, sí. Porque aunque la verdad es que la Constitución española la tengo un poco olvidada, algo me suena del derecho a la igualdad, a la libertad religiosa y a no ser discriminado no?

No puedo soportar el argumento de "es que es una norma del centro"... ¡pues cámbienla!! Las normas absurdas y obsoletas que no se adaptan al ritmo social deben cambiarse, así es como las sociedades evolucionan.

Sigo sin entender a quién molesta que la chica, que ha decidido por voluntad propia cubrirse la cabeza, lo haga. Y no entiendo que un instituto que le niega el derecho a asistir a clase por ello cuente con el respaldo de la presidenta de la comunidad, esa misma a la que se le llena la boca al hablar de integración.
¿Cómo va a haber integración si nunca terminamos de normalizar la diferencia? En vez de eso, la tendencia es a criminalizarla. Si otros centros actúan igual, dentro de unos años que presumiblemente estos casos se multiplicarán, ¿habrá institutos públicos en los que sólo entren las niñas con la melena al viento, y otros llenos de estudiantes musulmanas porque en ellos sí pueden ejercer su doble derecho a la educación y a la libertad religiosa? ¿Eso es integración?

Luego nos quejamos de lo mal que va la educación. Desde luego este no es su único problema, pero basta ya de presumir de una democracia que en términos educativos no es tal. Se empieza a hablar de democracia una vez están asumidos los derechos humanos. No se vota si se van a respetar los derechos fundamentales de los alumnos o no. Esto debería ser el principio de todo colegio, y me da igual público, privado, concertado o lo que sea. Estamos hablando de la formación de los estudiantes, que, aunque se nos olvide con frecuencia, se supone que son lo importante. Enseñar a los alumnos a ser tolerantes, y a vivir en una convivencia sana y fructífera pasa por crear esa convivencia sana y fructífera en las escuelas, por escuchar a los alumnos y ayudarles en su desarrollo personal y social. Menudo ejemplo de tolerancia estamos dando. Esta niña debería aprender, como todos los demás, a enfrentarse con los problemas que tendrá en el futuro, a tomar decisiones y ser consecuente, y sin embargo, se le crea un problema donde no lo hay y que encima raya el absurdo y el disparate.

Todos los centros deberían partir de un principio de igualdad, de respeto por la cultura y de integración, y a partir de ahí, hacerse sus normas si lo ven oportuno. Pero no se puede "respetar y respaldar" que cada centro aplique sus normas si estas son anticonstitucionales, señora Aguirre. No se le puede negar a esta chica ni a ninguna otra el derecho a la educación y tenerla apartada de sus compañeros por cubrirse el cabello con un pañuelo.

Ya esta bien de normas absurdas y de "si no te gusta vete a otro", ya está bien de que los colegios apliquen estatutos injustos con impunidad.

Mi pregunta es ¿cuál es la lección que sacan tanto ella como el resto de sus compañeros de esta situación? ¿que la discriminación está bien siempre y cuando se haya votado que se puede hacer? ¿que llevar la cabeza cubierta es... un problema?

Y por último, tengo otra pregunta... ¿cuando entre, por lo que sea, una monja en ese instituto, también la obligarán a descubrirse?

domingo, 11 de abril de 2010

Yo no creo en Dios. Pero soy buena persona

Lo siento.
Pido perdón de antemano porque sé que en esta entrada es posible que me acabe encendiendo y ofenda a alguien. Sólo puedo decir que no es mi intención.


Hay algo que no puedo entender. Lo he intentado, y sigo haciéndolo cada vez que tengo oportunidad de hablar con alguien que me lo pueda explicar, que esté en condiciones de explicármelo. Lo que no entiendo es ese limbo extraño en el que se encuentran los que dicen ser católicos, no practicantes. O los que defienden a la Iglesia a pesar de estar en profundo desacuerdo en cuestiones vitales con el Vaticano. Los que creen en el Dios cristiano y nunca se han molestado en echar un vistazo a la Biblia. Quiero dejar claro así que no me refiero a la gente creyente y consecuente, que razona con argumentos, de la que tengo constancia y que se merecen todo mi respeto.


Quizá todo esto venga de mi forma de ver las cosas. Quizá soy demasiado escéptica. Lo que sí sé es que yo no puedo creer en algo que no soy capaz de defender, y no puedo defender algo de lo que no estoy segura y netamente convencida. Si una argumentación no satisface mis preguntas, no puedo asumirla. Por eso quizá me inquieta la gente que cree en algo que no conoce.


Y hay una frase en particular que me chirría bastante en los oídos, y además te la sueltan como si a eso no hubiera contestación posible:


"Está comprobado históricamente que Jesús existió"






Pues mira, sinceramente... están históricamente comprobadas muchas cosas.


Está históricamente comprobado que en la Biblia hay errores. Está comprobado que el primer evangelio no se escribió hasta por lo menos 50 años después de la muerte de Cristo y no se sabe con certeza quién lo escribió. Los demás evangelios y documentos de la Biblia se escribieron mínimo medio siglo después, en un momento histórico en el que, para bien o para mal, no tenían la esperanza de vida que tenemos hoy precisamente y además, escribir, en aquellos tiempos, no sabía casi nadie.
Vaya que los pescadores [apóstoles], carpinteros, pastores etc no sabían ni coger un lápiz. Luego, lógicamente los que escribieran la vida de Cristo probáblemente ni le conocieron en vida, porque que yo sepa Cristo no tenía muchos amigos ricos que hubieran tenido una formación así.


También está comprobado que la Biblia no es más que un libro de cuentos que recoge mitos desde la cultura egipcia hasta la mesopotámica, pasando naturalmente por Grecia o por lo que quedaba de la mitología griega insertada en la romana. Es un libro en el que no se distingue lo real y lo ficticio.


También está comprobado históricamente que la traducción que se hizo del hebreo al latín dejaba bastante que desear, cometiendo errores considerables como convertir a María, la madre de Jesús, en la Virgen María que se adora hoy:


Las procesiones son una costumbre muy arraigada y ciertamente atractiva. Pero [y sé que muchos se ofenderán ahora] ¿qué diferencia hay entre la Virgen del Rocío, la de Guadalupe, la de Lourdes, la de Monserrat, o de la Paloma?? Son todas la misma. Todas las vírgenes son la misma Virgen María, cuya devoción, por cierto, se despertó durante el período gótico [esto es aproximadamente del s.XII al XV]. Coger una sola Virgen y convertirla en cientos para que cada ciudad tenga la suya, y le hagan una escultura para cubrirla de oro y sacarla a pasear por las calles para adorarla... no es justo lo que desató la furia de Moisés que acusó a su propio pueblo de idolatría??


Otra cosa que no se puede negar es que la Iglesia es una corporación lucrativa. Yo he llegado a ver, en Italia, tiendas de souvenirs bajo la entrada a una catedral. ¿Es que nadie recuerda lo que hizo el mismísimo Cristo cuando encontró mercaderes en el templo?


Desde luego, si Cristo levantara la cabeza, dudo mucho que fuera cristiano [con todas sus connotaciones]. El que probáblemente defendió a las mujeres, probáblemente no estaría de acuerdo con el tratamiento que se les da en esta religión, el que defendió a los pobres no creo que simpatizara con las políticas vaticanas, el que trató con enfermos no creo que tuviera la ocurrencia de prohibir los métodos anticonceptivos. Sus palabras, las que fueran, se han manipulado y contaminado durante siglos y siglos. Él nunca habló del voto de castidad, ni de que las mujeres no pudieran ejercer el sacerdocio, ni de tantas otras cosas que hoy son parte del dogma.


Es cierto que algunos de los valores morales que defiende el cristianismo son indiscutibles. Eso es verdad. Pero no son valores del cristianismo. Es decir, no son patrimonio suyo. A nadie le hace falta creer en un dios que todo lo ve y todo lo sabe y que en verdad es su padre y le va a castigar si no se porta bien para ser buena persona. Eso, son valores cívicos, universales, que nadie puede atribuirse, y menos una Iglesia como la católica, que no me voy a poner aquí a sacar trapos sucios, pero manda madre.


Tenemos la manía de pensar que el cristianismo es lo que tú te crees del cristianismo, y que el catolicismo es lo que no te parece mal de la Iglesia católica. Pero no, amigos. La Iglesia no es democrática. De hecho, tanto que dicen, y son el único país de la Unión Europea que no tiene un régimen democrático y que practica como ley la discriminación a la mujer [supuestamente legítima, encima]. La Iglesia no es lo que a tí te parece bien y el cristianismo no son sólo esos valores universales que defienden; son todo.


Ser cristiano y creer en Dios implica creer en el Dios de la Biblia, no en el Dios que te han contado que es tu padre y que te quiere y te ha creado. El Dios de la Biblia, será muy bueno con los judíos, pero en verdad no es tan bueno ni tan benevolente. En muchas ocasiones es un Dios vengativo y agresivo, y otras veces injusto, que premia a unos y castiga a otros a su antojo, y prueba y pone dificultades a quien no se lo merece.
¿En qué Dios cree la gente?
¿En cuál?




¿Creer en Dios significa creer en las historias de Dios que se remontan a historias de dioses?


Joder, que las fábulas han existido siempre, y los cuentos con moraleja también.


¿Realmente necesitamos un libro escrito hace casi 2000 años que en verdad es un manual de mitología antigua para tener valores cívicos?

domingo, 7 de marzo de 2010

"El escritor quiere escribir su mentira y escribe su verdad" R. Gómez de la Serna

Decía una anciana al final de una película en la que había crecido y envejecido junto a su máquina de escribir, que no sabía qué interés o qué provecho podía sacar el lector de una historia escrita desde la más pobre sinceridad. Digo pobre, porque si se quiere una historia sin poesía, sin metáforas, sin comparaciones o licencias artísticas, lo que se tiene en el mejor de los casos es el esqueleto de una novela. Quizá, con suerte, el lector pueda sacar algún tipo de conclusión o reflexión sobre lo que ocurre, pero pierde todo aquello que explica porqué ocurre lo que ocurre, con lo cual su aprehensión es incompleta. Es decir, sin las apariencias, las intuiciones, los recuerdos, las formas de sentir y de expresarse, todos y cada uno de los personajes perdería su motivación, y así, su sentido. Esto lo decía la vieja en respuesta a la cuestión de su sinceridad para con los hechos que, en la película, habían ocurrido.


En cierto modo aquella niña que escribía prodigiosa y religiosamente, siempre había alterado la interpretación de lo que contaba, provocando terribles confusiones. Pero la vieja seguía negándose a contar los hechos envasados al vacío, porque eso sería como quedarse en la simple superficie de la realidad.
Realidad que, por otra parte, es muy poco superficial.

Escribir no es sólo narrar lo que ha ocurrido, o lo que podría ocurrir en algún caso, también es un reflejo de la persona que lo escribe. Un reflejo que será tanto más profundo en cuanto el escritor se sienta más libre, con independencia de que el lector de credibilidad o no a lo que lee, que en el fondo es lo de menos.

"Escribir para mí es simplemente pensar con mis dedos"
Isaac Asimov

Houellebecq dice al principio de su más célebre obra que la vida de un individuo regular puede escribirse en un par de folios. Esto es cierto si nos remitimos a la más pobre sinceridad, a los datos biográficos.
Pero... ¿quién puede resumir su propia vida en dos folios?
Supongo que es muy fácil si se trata de un desconocido con ciertos méritos en su haber, fecha y lugar de nacimiento y muerte, tipo de educación recibida, viajes y obras, matrimonio/s, hijos, acontecimientos importantes en la vida de aquel...; pero cuando se trata de nosotros mismos o de alguien que conocemos bien, nadie puede ser completa y absolutamente sincero. Por que la sinceridad pertenece a un ámbito muy pequeño de nuestra vida. Sólo incumbe a las cosas que son ciertas o no, y deja fuera todo aquello que está por encima de eso, cosas que ni son verdades ni son mentiras.

¿Acaso alguien llamaría mentiroso al escritor de una novela?
¿Alguien llamaría sincero a quien escribe un poema desde el famoso "yo poético"?
¿Y acaso no forma parte lo que se lee de quien lo ha escrito e incluso de quien lo ha leído e interiorizado?

La visión que yo pueda tener de alguien que conozco no es ni verdad ni mentira, la sensación que experimento, o que expreso, ni es cierta ni falsa, el efecto que te producen sus miradas, o sus comentarios, también forman parte de lo que es esa persona, aunque no sea un dato, aunque no ponga nada de eso en su sincera y pobre biografía o en su DNI. Por esto digo que la sinceridad se nos queda pequeña, casi antes de empezar. La literatura, y en general todas las artes están por encima de  la verdad y la mentira.

"La mayor parte de la escritura se hace lejos de la máquina de escribir"
Henry Miller


Al ver a aquella niña escribiendo desde su infancia, no he podido evitar sentirme identificada. He pensado un montón de veces lo desgraciada que sería si nadie me hubiese enseñado a escribir. Por que escribir te da alas, y te permite compartirlas con quien quieras. Y es un terreno infinito lleno de posibilidades.
Y la dimensión escrita de una persona no sólo revela aspectos de su personalidad que sería imposible conocer de otra manera, sino que también completa al propio individuo al ser una vía de expresión incomparable con ninguna otra. Y hay tantos caminos por explorar..

"Escribir es una evasión del mundo. Me gusta estar solo en una habitación. Es casi una forma de meditación, una investigación de mi propia vida. "
Neil Simon

Y soy consciente cuando escribo de que mis ensayos, si se pueden llamar así, revelan una parte de mí, quizá de mi criterio o de mi forma de ver la vida. Pero hay otro tipo de textos, puramente literarios, que revelan una parte de mí completamente diferente. No hay sinceridad en ellos, porque tampoco cabe la posibilidad de la mentira. Eso es lo que he estado haciendo [escribiendo] últimamente, y, aunque sé que no tengo que justificarme porque realmente no tengo a nadie que espere una nueva entrega de estas divagaciones salvo yo misma, quiero que sepas, quienquiera que seas que me has leído alguna vez, que esto es a lo que me he dedicado últimamente:

El Mundo Sensible

No es sólo que escriba sobre temáticas diferentes, es que he descubierto otro camino que no sé a dónde me lleva pero que quiero explorar.

"Cuando uno escribe para satisfacer la inspiración interior del alma, uno da a conocer por lo escrito, aun sin quererlo, hasta la más mínima fibra de su ser y de su pensamiento. "
Germaine De Staël

martes, 26 de enero de 2010

Sobre la dictadura de la imagen

Hoy los telediarios han dado una noticia que creo que ha pasado demasiado desapercibida. Se ha presentado una propuesta en el parlamento francés para prohibir el burka en lugares públicos. Por lo visto esta prenda va contra los valores de la república francesa. A ver, repasemos...
¿Cuáles son esos valores?
Ah, si!, igualdad, fraternidad y libertad... ¿no es eso?

Parece ser que el burka es un símbolo de la represión de la mujer. Por que las mujeres que lo llevan, naturalmente obedecen órdenes de sus padres o maridos. Ni siquiera se contempla la posibilidad de que estas mujeres lo lleven por decisión propia, ¡qué van a decidir ellas! es imposible que una mujer elija libremente cubrirse el rostro [aunque sea una tradición más antigua que el propio islam, aunque sea un símbolo de su cultura que ellas puedan querer mantener, aunque el uso tradicional tenga un sustrato ciertamente feminista, aunque lo que ellas quieren es que se escuche su voz sin juzgar su pintalabios]....
No, no, lo que quieren todas las mujeres es mostrarse y ponerse guapas para ser admiradas [en esta cultura hipervisual]. Las que se tapan es o porque se lo manda su marido o porque están gordas o son feas. Lo que tengan que decir es secundario, además sólo quieren ser escuchadas las que saben que no tienen un escote generoso que llame la atención.

No está bien visto [y nunca mejor dicho] aquí, en occidente que una mujer se cubra el rostro, ¡faltaría más! menuda cultura machista la de los moros ¿eh? pero que no se crean que pueden venir aquí y seguir manteniendo sus costumbres, aquí todos con la cara bien al descubierto, que se nos vea bien.
Así que la igualdad y libertad vamos a dejarla para los que libremente quieren ser iguales que nosotros, no vayamos a dar una mala imagen, o una imagen poco apta en términos de promoción, que una mujer que no se muestra no es desde luego un buen reclamo turístico.

Después de apenas reseñar esta noticia en unos segundos, adjuntando el dato de que en Francia hay unas 2000 mujeres que sufren la imposición del velo, las pobres, que ni siquiera les han enseñado a tener personalidad para rebelarse [nótese la ironía, pues menudas son las mujeres árabes], emiten un reportaje de varios minutos en el mismo informativo sobre la semana de la moda de París...
¿Lo pillas? ¿Lo pillas?


Ésta sí que es la imagen de la mujer que representa los valores de la república.

Esto sí que es igualdad en estado puro, mujeres blancas, extremadamente delgadas cuyo trabajo es el de maniquí y que además salen en todas las revistas, series televisivas, películas y anuncios publicitarios de todo tipo de productos contribuyendo a generar una imagen estereotipada de la mujer, completamente alejada de la realidad y profundamente elitista.

A mí personalmente me dan ganas de cubrirme entera antes de salir a la calle cada vez que veo estas aberraciones que por otra parte están tan generalizadas que se han convertido en algo normal. No sólo son mujeres exitosas y ricas gracias exclusivamente a sus bellos rostros y famélicos cuerpos y sin ningún tipo de rastro de actividad intelectual, sino que encima se acaban convirtiendo en modelos a los que las mujeres debemos aspirar. Si nosotras, "las mujeres modernas", tuviéramos suficiente personalidad como para salir a la calle cubiertas de arriba a abajo, quizás sería una buena forma de protestar contra esta imagen de la mujer mercantilizada hasta el mínimo detalle por una parte y descontroladamente obsesiva por otra, que nos persigue constantemente, desde los informativos [en los que se habla de moda y pasarela y dedican minutos a estas imágenes, y después hablan de los desórdenes alimenticios como si fuera un problema completamente ajeno a los medios de comunicación de los que forman parte] hasta las paradas de autobús, pasando por todo tipo de publicidad a la que estamos expuestos constantemente. 

Pero no, nosotras, las mujeres occidentales que somos mucho más libres y tenemos más carácter que esas pobres "moras", podemos elegir cuál es el look que nos va a caracterizar, cuál nuestro maquillaje, peinado, podemos elegir incluso entre escote o minifalda, [aunque algunas elijan ambas, lo que tampoco me parece mal], por eso, por esa libertad de la que tanto presumimos, vivimos abrumadas intentando siempre mejorar nuestra imagen, por eso cuidamos tanto nuestra forma de vestir, por eso nos operamos los pechos o la nariz, por eso hacemos dietas, por eso nos depilamos y pasamos horas planchándonos el pelo, por esta libertad que nos da nuestra franternal, igualitaria y libre sociedad occidental.


Pero, ya que somos tan libres... ¿podríamos elegir cubrirnos la cara? ¿o quizá si yo decidiera protestar contra esta sociedad hipervisual cubriéndome la cara  los que me vieran por la calle pensarían que es que me he casado con un moro que me obliga a ello, cuando el motivo es justo el contrario?
Soy libre para ir casi desnuda, exhibirme y mostrar mi cuerpo, pero...
¿Dejaría de ser libre si libremente decidiera cubrirme?

viernes, 15 de enero de 2010

Sobre los scánner y la seguridad.

Me encanta viajar, y más en avión. Cualquiera que me conozca lo sabe bien. Pero visto lo visto, se me quitan las ganas. Y no precisamente por miedo a los terroristas, sino por el terror a los aeropuertos. Si antes ya te mareaban como querían y te trataban como a un delincuente, ahora ya la experiencia puede ser poco menos que traumática. El mundo definitivamente se ha vuelto loco de remate. ¿A quién se le ha ocurrido esto? y es más, ¿quién ha pensado en serio que esta es la solución?
Y cuando encuentren la forma de burlar este control
¿qué será lo siguiente?

Creo que hay que plantearse las cosas un poco antes de aceptarlas y asumirlas. La prensa es radicalmente dual: o scanner, o muerte cruel asegurada.
Pero, a nivel particular, se supone que nosotros somos capaces de interpretar la información y generar un juicio propio, aunque debe ser que la mayoría de la gente no tiene tiempo para esas cosas.

Basta con que le pongan la etiqueta de la seguridad, y ya todo vale, cualquier cosa "si es por nuestra seguridad"


Pero paradójicamente, esta máquina que nos venden como la solución a nuestros problemas, es un scanner de rayos X. Todavía se están estudiando los riesgos que tiene en nuestra salud. Porque rayos X, les recuerdo queridos lectores, significa radiación, significa entre otras cosas, cáncer. Es decir ya los países han aprobado su uso sin saber exactamente la repercusión de esta radiación en el cuerpo. Quizá esto no le importe a la gente que no suele viajar a menudo, pero a mí me plantea una serie de dudas ¿Las mujeres embarazadas ya no podrán volar? ¿Y la gente que por su trabajo tiene que volar prácticamente a diario?
Ya, ya, es por su seguridad, se me olvidaba. Hay que ver la de cosas que hacen por nuestro bien. Nos hacen radiografías obligatorias pero eso sí, ni se te ocurra encenderte un cigarro, que eso sí que es malo.

Luego hay otra cosa que me parece poco menos que curiosa. Estos terroristas muchas veces más que explotar el avión lo que buscan es estrellarlo contra un objetivo preferentemente estratégico, es decir, lo que quieren es hacerse con el control del avión. Para eso no necesitas una bomba, basta con un arma. Y es curioso que te desnudan en el control policial, pero luego pasas a la zona de Dutifree donde puedes comprar un montón de cosas que se podrían usar como arma, entre otras, botellas de cristal. Pero supongo que eso no le importa a nadie mientras la gente siga comprando.

Los atentados siempre son una tragedia, y sé bien lo que digo, pero atentar contra la dignidad de la gente desde luego no es la solución
En cualquier caso, estoy 100% segura de que con la tecnología que tenemos hay o se puede crear algún tipo de dispositivo más eficaz para estas cosas, sin tener que pasar a todo el mundo por la "máquina de la verdad". Personalmente pienso que una solución podría ser llevar personal de seguridad en los vuelos. Personal evidentemente preparado para actuar en estas situaciones. Pero esto es más caro, y no interesa dar trabajo a más gente si eso no revierte en más beneficios. Mejor la máquina de rayos X, intimida más, que es de lo que se trata.

Por último hay algo que huele. Y huele muy mal. No sé cual es la prodigiosa compañía que está vendiendo estas aberraciones disfrazadas de seguridad, pero se están haciendo de oro. Me encantaría saber quién está detrás de todo esto, es decir, a la cuenta de quién van los beneficios de este NEGOCIO. Me apuesto un brazo a que es alguien muy relacionado con la política estadounidense y por supuesto en una posición privilegiada, bien situado en la sombra.
Por otro lado todo el mundo sabe que Estados Unidos es el rey del marketing, y si hay algo que sabe vender bien, es el miedo. No hay nada como un atentado para meterte a la opinión pública en el bolsillo y tener vía libre para imponer medidas como esta en nombre de la seguridad. Qué curioso que haya sido en Estados Unidos el presunto atentado frustrado que ha desencadenado toda esta reacción. No sé... ¿no deberíamos sospechar? Y más con la cantidad de barbaridades que hemos visto en los últimos años [y en los no tan últimos] que se han hecho en nombre de la seguridad.

Lo que más rabia me da de todo esto es la fragilidad de la memoria colectiva.

Pero después están los políticos, los que toman decisiones, que más que reflexionar en serio sobre lo que se les está planteando, lo que hacen es hacerse los remolones a ver qué hacen los demás países, y hacer lo mismo. Si lo hacen en Europa... pues no vamos a ser nosotros los tontos que pensemos un poquito antes de radiar a la población, ¿no?

Es una lástima porque me parece que en este caso la falta de reflexión de los políticos sí es representativa de la falta de reflexión de los ciudadanos. Pensemos un poco, joder. Siempre hay que sospechar de esta gente que impone este tipo de medidas. Gente que, por otra parte, seguro que no pasan por estos controles. Claro, ellos viajan en jets privados

martes, 5 de enero de 2010

Científicos y filósofos amateur

Últimamente, he mantenido con cierta frecuencia conversaciones, digamos trascendentales, con un par de amigos cercanos. En verdad, he mantenido estas conversaciones con mucha más gente, pero quizá con estas dos personas se vuelven especialmente interesantes, ya que cada uno parte de una base diferente. Ellos son de ciencias y yo de letras, siguiendo la tradicional clasificación de las mentes.


Yo les hablo de filosofía, ellos me hablan de física cuántica.
Yo les hablo del entendimiento humano, ellos me hablan del universo.
Ellos consideran que me quedo siempre en detalles insignificantes,
yo considero que ellos se van siempre demasiado lejos.


Es cierto que muchas veces esta circunstancia acaba con cualquien intención dialéctica; otras veces acabamos en tierra de nadie, porque por mucho que nos interese el tema, ninguno al fin y al cabo somos eruditos y siempre hay cosas que no entendemos suficientemente bien como para explicarlas, y menos usarlas como argumento.


Creo que lo que no entienden es que yo le de tanta importancia a la filosofía [para ellos algo casi anecdótico en comparación con la inmensidad del universo] como para equipararla con la ciencia en general, o con la física en particular. Así que mi objetivo esta vez es explicar precisamente porqué, y además pretendo demostrar no sólo que ambos campos de conocimiento son equiparables, sino que están profundamente relacionados. Y lo haré, eso sí, tomando prestadas y sin permiso, algunas citas del paradigmático Blaise Pascal, toda una eminencia tanto en física y matemáticas como en filosofía y teología.

Para quienes no ansían sino ver, hay luz bastante; mas para quien tiene opuesta disposición, siempre hay bastante oscuridad.”


Antes de nada, y partiendo siempre de mi ignorancia en el campo de la física y de las ciencias en general, me gustaría señalar una cuestión primordial:


La grandeza de un hombre está en saber reconocer su propia pequeñez


Hay ciertas cosas que están aceptadísimas, incluso por los propios científicos, pero que sin embargo se nos olvidan constantemente a la hora de afirmar verdades absolutas que, además, están “por encima” de nosotros. Se nos olvida, por ejemplo, que nuestra única herramienta para conocer el mundo, el mundo que nos rodea primero y el que nos trasciende después, es la mente. Parece una tontería pero:


La mente sigue siendo en un gran porcentaje desconocida para nosotros. Más allá de la polémica sobre si usamos un 10% del cerebro o si esto es un mito, dejando aparte el subconsciente y el inconsciente, que ahí están como un pantano extenso, profundo y misterioso, es cierto que hay funciones o capacidades mentales que todavía no conseguimos entender, al igual que hay enfermedades mentales que no se sabe ni porqué aparecen ni cómo evitarlas, por no hablar de las que no tienen ni nombre.


Pero si aún así quisiéramos quedarnos con esa otra pequeña parte del cerebro que sí sabemos [supuestamente] cómo funciona, es cierto y los propios científicos lo afirman, [está demostrado...] que nuestra mente es imperfecta. De hecho conocemos y reconocemos algunas de sus imperfecciones, al igual que conocemos las imperfecciones del ojo humano y somos capaces de reconocerlas e incluso de provocarlas.


Pondré el ejemplo de rigor:




Nuestra mente ha creado las matemáticas, abstrayéndose del mundo real. Las matemáticas funcionan, son lógicas y exactas, digamos perfectas. Pero a la hora de aplicarlas al mundo real no funcionan tanto. El Parthenon se levantó bajo las directrices de la proporción matemática, pero la distancia entre las columas, su inclinación y grosor no sigue rigurosamente esta proporción. Las medidas fueron falseadas conscientemente porque si hubieran seguido los parámetros de las matemáticas [perfectas], el ojo humano lo hubiera percibido inestable. No, si ya lo dijo Einstein:

Las proposiciones matemáticas, en cuanto tienen que ver con la realidad, no son ciertas; y en cuanto son ciertas, nada tienen que ver con la realidad

Entonces igual las matemáticas no son tan perfectas ¿no?... No, los imperfectos somos nosotros.

Sabemos, por otro lado, cómo engañar a la mente, por ejemplo, a través de hipnosis o ciertas sustancias farmacológicas, sabemos inlcuso que el propio cerebro es capaz de segregar sustancias [ciertas enzimas, u hormonas] que son capaces de trastornarnos el juicio, es decir, en este sentido nuestro cerebro es capaz de “autoboicotearse”.
Pero sabemos igualmente que muchas veces la mente es capaz de autosugestionarse: a mí por ejemplo a veces me quita mejor el dolor de cabeza un buen paseo o un baño relajante que una aspirina; y prefiero mil veces la sugestión a la industria farmacéutica, por mucho que la medicina sea una ciencia y tenga con eso un aura de verdad irrebatible.

“ La reina del mundo es la fuerza y no la opinión, pero es la opinión quien usa de la fuerza”


En el lado contrario están las enfermedades psicosomáticas, es decir, la forma en que nuestras emociones o preocupaciones [que, hasta que se demuestre lo contrario situaremos en la mente] repercuten de forma directa en nuestra salud. A pequeña escala son, por ejemplo, las dolencias estomacales que sufre la gente por ansiedad o estress, o el hecho contrastado de que las personas deprimidas son más propensas a enfermar. Pero a gran escala estamos hablando de patologías graves, como la neurodermatitis, la artritis y distintos tipos de úlceras.

Las preocupaciones, emociones...y todo aquello que tiene más que ver con la sensibilidad que con la ciencia, revierte de forma determinante en nuestro cuerpo, por muy científicamente estudiado que esté.

Pero también sabemos utilizar la mente para “engañarnos” a nosotros mismos, abstrayéndonos, imaginando. Y ese territorio, que puede que sea el más extenso para expandir nuestras capacidades, curiosamente queda fuera de las fronteras de la ciencia.

Volviendo al paralelismo entre nuestro cerebro y el universo [que es una comparación menos arriesgada de lo que pueda parecer de primeras], no entiendo porqué la gente está tan segura de que el universo tiene que ser razonable, lógico o matemático. ¿No estamos viendo que las matemáticas, en cuanto que son abstracciones, no pertenecen al ámbito de la realidad? ¿No estamos viendo que la lógica es sólo una pequeña parte de nuestra mente? ¿acaso no son la imaginación, la invención, los sueños y las fantasías tan reales como la razón en el sentido de que todas son producto de nuestro cerebro [imperfecto]?
Si nosotros somos una ínfima parte del universo ¿Por qué iba todo el universo a regirse por una parte tan pequeña y endeble como es “lo razonable”?

“Muy débil es la razón si no llega a comprender que hay muchas cosas que la sobrepasan”


¿A dónde quiero llegar? A que intentar conocer el universo sin conocer nuestra única herramienta para ello, es como intentar estudiar a fondo un códice escrito en otro idioma, del que apenas se sabe chapurrear algunas palabras. No me parece por esto que la física sea menos legítima, es una preocupación que durante toda nuestra historia ha sido siempre constante y sus descubrimientos nos han dado muchas alegrías. Yo también aseguraba hasta hace un par de años que la ciencia era la única respuesta posible a todos los interrogantes del mundo.
Pero me parece muy arrogante pensar que nosotros podemos llegar a concebir la realidad última, la verdad absoluta [que no existe] que se esconde detrás de nuestra ignorancia.

“El hombre está dispuesto a negar siempre todo aquello que no comprende”


Esto no significa en absoluto que, como dicen, entonces no se puede hablar de nada, me parece justo lo contrario, porque ya no se trata de llegar todos a la misma conclusión, sino de compartir nuestras visiones y discrepar, porqué no, para aprender cada uno en su medida. Aquí entra mi filosofía de andar por casa, y también la desesperación de mis amigos:

Está demasiado vinculado lo “real” con lo “verdadero” y lo “razonable” ¿Pero es que acaso lo irracional es menos real o menos verdadero?

“Ni la contradicción es indicio de falsedad, ni la falta de contradicción es indicio de verdad”


Pienso que para llegar a acercarnos un poco a conocer lo que nos trasciende, es importante conocer nuestra propia naturaleza y en este ámbito la filosofía y las artes son capaces de darnos una información muy valiosa y que difícilmente podríamos explorar de otra forma.
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En cierto modo esta entrada es un homenaje al nombre del blog. Sómos máquinas de pensar, y de eso se trata, pensar para sobrevivir, pensar en mejorar, pensar en el progreso, pensar por pensar, en lo que nos trasciende y en lo que nos rodea. Pero no siempre pensamos de forma lógica, ni “realista”... Pensar en lo “irreal”. Pensar, interpretar y reinterpretar. Ser libres. Filosofar, amigos, esa es la clave.

Dos excesos: excluir la razón; no admitir más que la razón
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A Juan y su amable paciencia [con este tipo de excentricidades mías], por mantener siempre las puertas de su mente más abiertas de lo que él mismo cree.

A Jaime [la caja de sorpresas] y su disparador de electrones, por su enigmática curiosidad contagiosa y por lo inquietante que es cuando descubrimos que estamos de acuerdo.

A Mario, el físico cuántico reflexivo, por la valiente disposición que tiene siempre para romper sus propios esquemas.

A Pablo y su mundo dubitativo, porque no me hace falta explicarle todo esto para que tenga un interés voraz por la filosofía.

A Xavi y la columna que ves, o no; porque discrepar es uno de los mejores modos de aprender.

“He hecho esta carta más larga de lo usual porque no tengo tiempo de hacer una más corta”