martes, 5 de enero de 2010

Científicos y filósofos amateur

Últimamente, he mantenido con cierta frecuencia conversaciones, digamos trascendentales, con un par de amigos cercanos. En verdad, he mantenido estas conversaciones con mucha más gente, pero quizá con estas dos personas se vuelven especialmente interesantes, ya que cada uno parte de una base diferente. Ellos son de ciencias y yo de letras, siguiendo la tradicional clasificación de las mentes.


Yo les hablo de filosofía, ellos me hablan de física cuántica.
Yo les hablo del entendimiento humano, ellos me hablan del universo.
Ellos consideran que me quedo siempre en detalles insignificantes,
yo considero que ellos se van siempre demasiado lejos.


Es cierto que muchas veces esta circunstancia acaba con cualquien intención dialéctica; otras veces acabamos en tierra de nadie, porque por mucho que nos interese el tema, ninguno al fin y al cabo somos eruditos y siempre hay cosas que no entendemos suficientemente bien como para explicarlas, y menos usarlas como argumento.


Creo que lo que no entienden es que yo le de tanta importancia a la filosofía [para ellos algo casi anecdótico en comparación con la inmensidad del universo] como para equipararla con la ciencia en general, o con la física en particular. Así que mi objetivo esta vez es explicar precisamente porqué, y además pretendo demostrar no sólo que ambos campos de conocimiento son equiparables, sino que están profundamente relacionados. Y lo haré, eso sí, tomando prestadas y sin permiso, algunas citas del paradigmático Blaise Pascal, toda una eminencia tanto en física y matemáticas como en filosofía y teología.

Para quienes no ansían sino ver, hay luz bastante; mas para quien tiene opuesta disposición, siempre hay bastante oscuridad.”


Antes de nada, y partiendo siempre de mi ignorancia en el campo de la física y de las ciencias en general, me gustaría señalar una cuestión primordial:


La grandeza de un hombre está en saber reconocer su propia pequeñez


Hay ciertas cosas que están aceptadísimas, incluso por los propios científicos, pero que sin embargo se nos olvidan constantemente a la hora de afirmar verdades absolutas que, además, están “por encima” de nosotros. Se nos olvida, por ejemplo, que nuestra única herramienta para conocer el mundo, el mundo que nos rodea primero y el que nos trasciende después, es la mente. Parece una tontería pero:


La mente sigue siendo en un gran porcentaje desconocida para nosotros. Más allá de la polémica sobre si usamos un 10% del cerebro o si esto es un mito, dejando aparte el subconsciente y el inconsciente, que ahí están como un pantano extenso, profundo y misterioso, es cierto que hay funciones o capacidades mentales que todavía no conseguimos entender, al igual que hay enfermedades mentales que no se sabe ni porqué aparecen ni cómo evitarlas, por no hablar de las que no tienen ni nombre.


Pero si aún así quisiéramos quedarnos con esa otra pequeña parte del cerebro que sí sabemos [supuestamente] cómo funciona, es cierto y los propios científicos lo afirman, [está demostrado...] que nuestra mente es imperfecta. De hecho conocemos y reconocemos algunas de sus imperfecciones, al igual que conocemos las imperfecciones del ojo humano y somos capaces de reconocerlas e incluso de provocarlas.


Pondré el ejemplo de rigor:




Nuestra mente ha creado las matemáticas, abstrayéndose del mundo real. Las matemáticas funcionan, son lógicas y exactas, digamos perfectas. Pero a la hora de aplicarlas al mundo real no funcionan tanto. El Parthenon se levantó bajo las directrices de la proporción matemática, pero la distancia entre las columas, su inclinación y grosor no sigue rigurosamente esta proporción. Las medidas fueron falseadas conscientemente porque si hubieran seguido los parámetros de las matemáticas [perfectas], el ojo humano lo hubiera percibido inestable. No, si ya lo dijo Einstein:

Las proposiciones matemáticas, en cuanto tienen que ver con la realidad, no son ciertas; y en cuanto son ciertas, nada tienen que ver con la realidad

Entonces igual las matemáticas no son tan perfectas ¿no?... No, los imperfectos somos nosotros.

Sabemos, por otro lado, cómo engañar a la mente, por ejemplo, a través de hipnosis o ciertas sustancias farmacológicas, sabemos inlcuso que el propio cerebro es capaz de segregar sustancias [ciertas enzimas, u hormonas] que son capaces de trastornarnos el juicio, es decir, en este sentido nuestro cerebro es capaz de “autoboicotearse”.
Pero sabemos igualmente que muchas veces la mente es capaz de autosugestionarse: a mí por ejemplo a veces me quita mejor el dolor de cabeza un buen paseo o un baño relajante que una aspirina; y prefiero mil veces la sugestión a la industria farmacéutica, por mucho que la medicina sea una ciencia y tenga con eso un aura de verdad irrebatible.

“ La reina del mundo es la fuerza y no la opinión, pero es la opinión quien usa de la fuerza”


En el lado contrario están las enfermedades psicosomáticas, es decir, la forma en que nuestras emociones o preocupaciones [que, hasta que se demuestre lo contrario situaremos en la mente] repercuten de forma directa en nuestra salud. A pequeña escala son, por ejemplo, las dolencias estomacales que sufre la gente por ansiedad o estress, o el hecho contrastado de que las personas deprimidas son más propensas a enfermar. Pero a gran escala estamos hablando de patologías graves, como la neurodermatitis, la artritis y distintos tipos de úlceras.

Las preocupaciones, emociones...y todo aquello que tiene más que ver con la sensibilidad que con la ciencia, revierte de forma determinante en nuestro cuerpo, por muy científicamente estudiado que esté.

Pero también sabemos utilizar la mente para “engañarnos” a nosotros mismos, abstrayéndonos, imaginando. Y ese territorio, que puede que sea el más extenso para expandir nuestras capacidades, curiosamente queda fuera de las fronteras de la ciencia.

Volviendo al paralelismo entre nuestro cerebro y el universo [que es una comparación menos arriesgada de lo que pueda parecer de primeras], no entiendo porqué la gente está tan segura de que el universo tiene que ser razonable, lógico o matemático. ¿No estamos viendo que las matemáticas, en cuanto que son abstracciones, no pertenecen al ámbito de la realidad? ¿No estamos viendo que la lógica es sólo una pequeña parte de nuestra mente? ¿acaso no son la imaginación, la invención, los sueños y las fantasías tan reales como la razón en el sentido de que todas son producto de nuestro cerebro [imperfecto]?
Si nosotros somos una ínfima parte del universo ¿Por qué iba todo el universo a regirse por una parte tan pequeña y endeble como es “lo razonable”?

“Muy débil es la razón si no llega a comprender que hay muchas cosas que la sobrepasan”


¿A dónde quiero llegar? A que intentar conocer el universo sin conocer nuestra única herramienta para ello, es como intentar estudiar a fondo un códice escrito en otro idioma, del que apenas se sabe chapurrear algunas palabras. No me parece por esto que la física sea menos legítima, es una preocupación que durante toda nuestra historia ha sido siempre constante y sus descubrimientos nos han dado muchas alegrías. Yo también aseguraba hasta hace un par de años que la ciencia era la única respuesta posible a todos los interrogantes del mundo.
Pero me parece muy arrogante pensar que nosotros podemos llegar a concebir la realidad última, la verdad absoluta [que no existe] que se esconde detrás de nuestra ignorancia.

“El hombre está dispuesto a negar siempre todo aquello que no comprende”


Esto no significa en absoluto que, como dicen, entonces no se puede hablar de nada, me parece justo lo contrario, porque ya no se trata de llegar todos a la misma conclusión, sino de compartir nuestras visiones y discrepar, porqué no, para aprender cada uno en su medida. Aquí entra mi filosofía de andar por casa, y también la desesperación de mis amigos:

Está demasiado vinculado lo “real” con lo “verdadero” y lo “razonable” ¿Pero es que acaso lo irracional es menos real o menos verdadero?

“Ni la contradicción es indicio de falsedad, ni la falta de contradicción es indicio de verdad”


Pienso que para llegar a acercarnos un poco a conocer lo que nos trasciende, es importante conocer nuestra propia naturaleza y en este ámbito la filosofía y las artes son capaces de darnos una información muy valiosa y que difícilmente podríamos explorar de otra forma.
...

En cierto modo esta entrada es un homenaje al nombre del blog. Sómos máquinas de pensar, y de eso se trata, pensar para sobrevivir, pensar en mejorar, pensar en el progreso, pensar por pensar, en lo que nos trasciende y en lo que nos rodea. Pero no siempre pensamos de forma lógica, ni “realista”... Pensar en lo “irreal”. Pensar, interpretar y reinterpretar. Ser libres. Filosofar, amigos, esa es la clave.

Dos excesos: excluir la razón; no admitir más que la razón
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A Juan y su amable paciencia [con este tipo de excentricidades mías], por mantener siempre las puertas de su mente más abiertas de lo que él mismo cree.

A Jaime [la caja de sorpresas] y su disparador de electrones, por su enigmática curiosidad contagiosa y por lo inquietante que es cuando descubrimos que estamos de acuerdo.

A Mario, el físico cuántico reflexivo, por la valiente disposición que tiene siempre para romper sus propios esquemas.

A Pablo y su mundo dubitativo, porque no me hace falta explicarle todo esto para que tenga un interés voraz por la filosofía.

A Xavi y la columna que ves, o no; porque discrepar es uno de los mejores modos de aprender.

“He hecho esta carta más larga de lo usual porque no tengo tiempo de hacer una más corta”

8 comentarios:

MosweN (Pablo) dijo...

Excelente reflexión en esta interesante y filosófica entrada ^^


Un gran reflejo de lo que intentas despertar en tus lectores. Pensar. Cuestionarse las "realidades"

Desde que el hombre comenzó a perder la fe en la capacidad de su mente el mundo inició la caída en picado de los valores, moralidades y respeto por lo que tantos años hemos tenido bajo nuestros pies. Incluidos nuestros antepasados.

Está claro que la ciencia a ayudado mucho a lo que tenemos hoy día. Pero no nos ayudará a proteger lo que no tendremos el día de mañana.

¿Dónde están los bares donde se reunían los antiguos pensadores a debatir sus incertidumbres y teorías?

¿Por qué los medios de comunicación no fomentan el pensamiento pero si explotan el consumismo desmesurado totalmente carente (en muchas ocasiones) de moralidad?

¿Dónde están los postulados, teorías y reflexiones de la gente cotidiana de la época en que vivimos?

¿Acaso nos hemos quedado estancados en Facebook, Tuenti, Discotecas, Alcohol, Sexo, Fiestas, Dinero, Consumismo, Ignorancia, Pasotismo, Envidias y guerras anónimamente conocidas por todos?

Mejor paro de saturar la pobre Máquina de Pensar y preparo la siguiente entrada de Claroskuro.

Como bien dice Ojostristes y con un pequeño toque mío:

"Ser MENTALMENTE libres. Filosofar, amigos, esa es la clave."

Ruben dijo...

Fantastico blog

Ciencia y filosofia son complementarias Gödel

Anónimo dijo...

Mario dice:
Ante la inmensidad de los temas planteados aquí resulta un poco abrumadora la tarea de intentar abarcarlos todos en un simple comentario, pero de momento voy a intentar centrarme en un par de cuestiones que como poco me han parecido … interesantes.
Quiero empezar extrayendo este comentario:
“Ni la contradicción es indicio de falsedad, ni la falta de contradicción es indicio de verdad”
Desde luego, está sola afirmación podría generar horas y horas de debate, pero me voy a centrar en la cuestión, que desde mi punto de vista encierra. Creo, y repito que es mi humilde opinión, que negar la contradicción como indicio de falsedad y admitirla es echar por la borda lo que viene a ser el modelo científico desde tiempos de Descartes. Como padre de la ciencia moderna, estableció que la única manera de demostrar las teorías (demostrarlas y rechazarlas) era justamente llegando a dichas contradicciones. Es decir, si somos capaces de elaborar una teoría que resulta valida no podemos encontrar ningún tipo de prueba que demuestre lo contrario. Por ejemplo, si Newton hubiera elaborado la teoría de la gravedad, y hubiera encontrado un único objeto que no la obedeciera (por ejemplo un manzana que no cayera al suelo) este experimento entra en entera contradicción con la teoría, por lo tanto no nos queda mas remedio que rechazarla. Si no obráramos de esta manera nos sería imposible avanzar en el campo de la ciencia.
Y he aquí una de las cuestiones fundamentales que creo se tratan en este texto, dónde está el límite, para entendernos, entre ciencia y humanidad (entendiendo como ciencia lo puramente “físico” y humanidad lo puramente “emocional”). Podríamos quedarnos con que la física afecta a la ciencia y el universo, y la filosofía y las artes a lo humano, a lo emocional. Quedarnos solo con esto es simplificar demasiado el mundo que nos rodea. De acuerdo con Ojos Tristes, no se puede separar estos dos campos, es mas hacerlo me parece un profundo error. Son campos, que mas que relacionados están hermanados el uno con el otro. Pero creo que si se puede poner un pequeño limite, simplemente el campo de actuación de uno y de otro, es decir el campo de actuación de la ciencia y el de la filosofía. Me explico, intentar comprender y explicar el universo desde un punto de vista filosófico resulta un poco, sin ánimo de ofender a nadie, ridículo. No se puede explicar el comportamiento de un agujero negro o de una supernova desde términos filosóficos como mente o razón. De la misma manera me parece ridículo intentar explicar el comportamiento humano, las emociones, aquello que sentimos y dejamos de sentir, aquello que pensamos, de dónde venimos, porque sentimos, qué significa el verbo existir, desde conceptos físicos, es igualmente absurdo. Las leyes de la física no pueden e incluso creo que no deben centrarse en esos temas.
Entonces, ¿qué nos queda?, desde un primer momento parece que llegamos a una contradicción (como decía antes, si no admitimos dicha contradicción y no intentamos ponerle solución, si la aceptamos como posible, no podríamos avanzar en nuestro pensamiento), es mas, a un absurdo, al decir que física y filosofía no se pueden separar, pero aun así las separamos. O rechazar lo anteriormente dicho acerca de que desde puntos de vista filosóficos se puede explicar el universo, y viceversa, o admitirlo y ver como se puede salir de esta paradoja. ¿Cómo se puede tender un puente entre ellas? La respuesta no es fácil, y pecando de ser prepotente, creo que nos queda una salida, justamente, y es lo segundo que quería comentar, la razón. Y es aquí, justo en este punto, cuando decimos casi en mayúsculas la razón, donde entra el verdadero debate. ¿Por qué puede ser la razón ese puente de unión? ¿A qué nos referimos cuando hablamos de razón? ¿Dónde nace? ¿Cuál es su campo de actuación? ¿Existe una o varias razones?, y una pregunta mas que se plantea en el texto y creo que pone el dedo en la llaga ¿lo razonable es verdadero o real? Y ya por último ¿qué es real y qué verdadero?

Anónimo dijo...

Mario sigue diciendo:
Primero nos centraremos en la cuestión de la razón y después pasaremos a ver que llamamos realidad y a que verdad.
No existe una única razón, y mucho menos una sola definición. La propia historia nos dice que a lo largo de los años esta definición ha ido cambiando, pero quedemos con una definición que creo acertad:
La Razón es la facultad en virtud de la cual el ser humano puede discurrir. Capacidad que tiene el hombre para pensar.
Aunque parezca muy simplista creo que justamente es aquí donde encontramos dicho puente. La razón es lo único inherente al ser humano. Da igual que hablemos de física o filosofía, la herramienta que utilizan ambas es la misma, se utilizara en un sentido o en otro, partiendo de premisas diferentes, pero el mecanismo que utiliza la mente es el mismo. Volviendo un poco a la cuestión anterior sobre los límites y campos de actuación de una y otra, está claro que hay ciertos campos que se entrelazan de manera indiscutible, sobre todo se me ocurre lo que los filósofos han llamado metafísica, y en concreto la ontología (el estudio del “ser”). Desde mi punto de vista, dependiendo de la propia naturaleza del universo, el propio ser humano se construye de una manera u otra. Por ejemplo, cuando la Tierra se creía plana y en el centro del Universo, se tenía una visión totalmente antropocéntrica, se creía que el hombre era el centro de todas las cosas (la creación más perfecta de Dios si nos aventuramos en los campos de la teología). Cuando se paso de esta visión a una visión heliocéntrica, el hombre quedó desplazado de esa posición privilegiada, e inevitablemente también su propia concepción como hombre, ya no era el centro de todo, ¿cómo afectaba eso a la visión del ser? Lo que quiero poner de manifiesto es que los propios avances científicos son capaces de modificar el pensamiento de los seres humanos. No sólo se puede hacer un estudio del propio ser, sin tener en cuenta qué somos en el universo. Tirando un poco mas del hilo por esta vía, cómo afectaría ahora mismo la propia concepción de nosotros mismos, si desde principios del siglo pasado (recordemos a nuestro amigo Eisntein) hemos sido capaces de demostrar que todo, absolutamente todo en el universo es pura energía, lo único que conocemos son distintas manifestaciones de ella. Incluso el propio ser humano, en su grandiosidad, es un cumulo de energía que ha colapsado en un ser con mente. La propia mente es pura energía.
Eso si, que la mente sea pura energía no significa que los sentimientos no los sintamos como tal y haya que tratarlos con una ecuación matemática. No podemos, y creo que no debemos llegar al extremo de intentar explicar todos los problemas de la mente (desde las enfermedades al comportamiento) con planteamientos físicos.
Aun así, no creo que sea la mente la que tenemos que ser capaces de llegar a conocer cómo funciona, sino saber cómo funciona la razón. No es lo mismo razón y mente, una se apoya en la otra, la necesita para funcionar, pero creo que nuestros esfuerzos deben centrarse en saber cómo funciona la razón. Independientemente de cuáles sean los procesos de nuestra mente a partir de los cuales somos capaces de razonar, lo cierto es que lo hacemos. Esta razón es la misma para la física y para la filosofía, por eso me parece un pilar fundamental que permite unir todos los campos del pensamiento humano.

Anónimo dijo...

Mario concluye:
Y llegando ya al final de lo que quería plantear, y me parece casi lo más interesante, verdad y realidad. Ni de lejos creo que sea lo mismo. La realidad, lógicamente no puede ser verdad. La realidad es algo imperfecto, totalmente supeditado a la percepción humana. Por el contrario, la verdad es algo perfecto, inmutable, algo a lo que el hombre desde que es hombre intenta acceder (una de esas frases que siempre queda bien poner). Y justamente creo que es a través de las matemáticas, que necesitan de la razón y de la lógica para vivir, el camino a través del cual se puede andar. Las matemáticas son perfectas, completas en si mismas, no admiten errores, por eso creo que no puede haber contradicción (como decía un gran filosofo griego lo que es “es” y lo que no es “no es”, pero lo que no es no puede ser). Es el único lenguaje universal, tanto que no se pueden observar a simple vista. De acuerdo con Ojos Tristes, en cuanto plasmamos estas matemáticas al mundo real, a las imperfecciones, nos movemos en el campo de la realidad, en el mundo de la Física. Por eso, creo que justamente, la Física se encarga de la realidad, la del universo. La Filosofía también se encarga de la realidad, la del hombre. Las Matemáticas se mueven en ese mundo intangible que podríamos llamar verdad, en ese mundo de las ideas de Platón, ¿esas sombras sería la Física y la Filosofía? Entonces, nos quedaría una última pregunta por hacer, ¿sería capaz la Matemática de explicar al ser humano? ¿Serían las Matemáticas ese fin último que persigue la metafísica?

ojos tristes dijo...

Mario: lo primero que quiero darte las gracias por tu comentario, por tomarte tu tiempo para reflexionar sobre lo que aquí se ha expuesto, gracias, de verdad

Como ya te dije, voy a ir contestando por partes:

La primera parte de tu comentario trata sobre una frase de Pascal que, como cualquier cita, está sacada de contexto. Yo no sé de qué hablaba Pascal cuando la escribió, si de temas teológicos o científicos lo que, en verdad, es muy relevante para poder entender con exactitud qué quería decir.

Como no es una frase o un razonamiento mío, voy a dejarlo ahí, aunque en cuanto al método científico de Descartes, me parece cuanto menos curioso que Pascal, que fue casi contemporáneo de Descartes estudió detenidamente sus teorías, ya estuviera de acuerdo o no.

Descartes dijo que la única forma de llegar a la falsedad de una teoría es llegando a contradicciones, pero creo que las contradicciones ya existen antes incluso de llegar a la teoría, por ejemplo, me parece contradictorio como ya he dicho aquí querer llegar a un conocimiento perfecto a través de nuestra mente imperfecta.

Por otro lado, Descartes planteaba dudas sobre las percepciones empíricas, es decir lo que observamos de la naturaleza, y también consideraba la hipótesis de un azar desfavorable o un orden causal adverso que nos indujera a un error masivo que afectara también a las ideas no tomadas de los sentidos o la imaginación. [Duda racional]

Lo que el llama azar desfavorable yo lo llamo ceguera arrogante.

Continúas hablando de la diferencia entre lo científico y lo humano, o entre lo físico y lo filosófico como si ambas no tuvieran que ver. Dices que no se puede explicar el universo desde un punto de vista filosófico ni una reacción emocional desde la ciencia. Creo que te equivocas, amigo mío, y de hecho llegas un poco tarde. El universo ya ha sido diseccionado filosóficamente durante toda la historia del ser humano, y el ser humano ha sido diseccionado científicamente.

¿Es esa la forma de llegar al verdadero conocimiento? Ya hemos visto que no, que sigue habiendo un montón de cosas importantes que se nos escapan tanto con un método como con el otro.

Como bien dices, lo que nos queda es la razón. Esa razón tan voluble y frágil que nos empuja a pensar que sólo lo "razonable" es real, que puede verse seriamente dañada según qué experiencias vivas, que nos lleva a preguntarnos todo sobre todo, que según los empiristas es algo puramente material y orgánico, lo que creo que ambos nos negamos a creer.

ojos tristes dijo...

En cuanto a la segunda parte, estoy completamente de acuerdo, por eso me pregunto: ¿cuál será el próximo descubrimiento científico que revolucionará de nuevo la concepción de nosotros mismos?

La ciencia es capaz de revolucionar la filosofía, pero la filosofía es capaz de plantear muchas preguntas que la ciencia no puede responder.

Pero hay una cosa en cuanto a la razón. Algunos dicen que nuestra forma de ser y pensar es fruto de nuestra experiencia, de nuestra educación, de nuestra relación con el entorno y por decirlo así, de nuestra historia. Entonces ¿hasta qué punto somos mentalmente independientes, y qué credibilidad podrían tener nuestras conclusiones [razonadas] si ciertamente dependemos absolutamente de todo lo que nos rodea, vivimos y hemos vivido?

ojos tristes dijo...

En cuanto a verdad y realidad, discrepo contigo de nuevo. Si tuviéramos que poner qué es perfecto, inmutable etc, sería la realidad ¿no? que en cualquier caso es innegablemente anterior a nosotros y nuestra ideas, y existe con independecia de nostros. En cambio la verdad es imperfecta, mutable, por decirlo así, es una convención, una idea creada por nosotros, es decir, si no existieran los seres humanos, no existiría el concepto de verdad.

En cuanto a la frase que citas, el mismo filósofo griego que decía lo de que "lo que es "es" y lo que no es "no es", y por tanto lo que es no puede ser" también decía que el lenguaje no es la forma de llegar al conocimiento, porque no sólo defendía que la verdad absoluta y perfecta no existe, si no que además si existiera nosotros no podríamos conocerla, y aún así, si pudiéramos conocerla no podríamos comunicarla. Por que nuestro lenguaje está basado en conceptos materializados en palabras, y las palabras no son los conceptos ni las ideas, son sólo una representación de estos, y como tal, no sólo se pueden representar cosas que no existen, sino que se puede demostrar su existencia siendo falsa.

En cuanto Platón, él identificaba esas sombras del mito con todo lo que él llamaba el Mundo Sensible, porque para este hombre el mundo de lo sensible estaba radicalmente separado del mundo de las ideas. Según él, la única forma de llegar al mundo de las ideas sería a través del intelecto. Al final de su vida, acabó relacionando el mundo metafísico con el mundo de las ideas y ambos con las matemáticas.

A mí me parece un error de plano separar en dos mundos diferentes las capacidades de un mismo ser humano.
Hemos creado las matemáticas, vale, nos sirven para que el mundo se nos haga comprensible, vale, pero el hecho de que por medio de las matemáticas nosotros, los seres humanos lo tengamos quizá más fácil para entender ciertas cosas, no significa que el mundo esté regido por las matemáticas, igual que por muy científicamente que se pueda explicar el cerebro, el órgano; toda su dimensión mental, emocional, sensible y por qué no, irracional, queda fuera de esa explicación.

Las matemáticas son, si me apuras, una dimensión del mundo, pero no son su esencia ni su orden ni su fin ni su [con toda la polémica de la expresión] razón de ser.