domingo, 7 de marzo de 2010

"El escritor quiere escribir su mentira y escribe su verdad" R. Gómez de la Serna

Decía una anciana al final de una película en la que había crecido y envejecido junto a su máquina de escribir, que no sabía qué interés o qué provecho podía sacar el lector de una historia escrita desde la más pobre sinceridad. Digo pobre, porque si se quiere una historia sin poesía, sin metáforas, sin comparaciones o licencias artísticas, lo que se tiene en el mejor de los casos es el esqueleto de una novela. Quizá, con suerte, el lector pueda sacar algún tipo de conclusión o reflexión sobre lo que ocurre, pero pierde todo aquello que explica porqué ocurre lo que ocurre, con lo cual su aprehensión es incompleta. Es decir, sin las apariencias, las intuiciones, los recuerdos, las formas de sentir y de expresarse, todos y cada uno de los personajes perdería su motivación, y así, su sentido. Esto lo decía la vieja en respuesta a la cuestión de su sinceridad para con los hechos que, en la película, habían ocurrido.


En cierto modo aquella niña que escribía prodigiosa y religiosamente, siempre había alterado la interpretación de lo que contaba, provocando terribles confusiones. Pero la vieja seguía negándose a contar los hechos envasados al vacío, porque eso sería como quedarse en la simple superficie de la realidad.
Realidad que, por otra parte, es muy poco superficial.

Escribir no es sólo narrar lo que ha ocurrido, o lo que podría ocurrir en algún caso, también es un reflejo de la persona que lo escribe. Un reflejo que será tanto más profundo en cuanto el escritor se sienta más libre, con independencia de que el lector de credibilidad o no a lo que lee, que en el fondo es lo de menos.

"Escribir para mí es simplemente pensar con mis dedos"
Isaac Asimov

Houellebecq dice al principio de su más célebre obra que la vida de un individuo regular puede escribirse en un par de folios. Esto es cierto si nos remitimos a la más pobre sinceridad, a los datos biográficos.
Pero... ¿quién puede resumir su propia vida en dos folios?
Supongo que es muy fácil si se trata de un desconocido con ciertos méritos en su haber, fecha y lugar de nacimiento y muerte, tipo de educación recibida, viajes y obras, matrimonio/s, hijos, acontecimientos importantes en la vida de aquel...; pero cuando se trata de nosotros mismos o de alguien que conocemos bien, nadie puede ser completa y absolutamente sincero. Por que la sinceridad pertenece a un ámbito muy pequeño de nuestra vida. Sólo incumbe a las cosas que son ciertas o no, y deja fuera todo aquello que está por encima de eso, cosas que ni son verdades ni son mentiras.

¿Acaso alguien llamaría mentiroso al escritor de una novela?
¿Alguien llamaría sincero a quien escribe un poema desde el famoso "yo poético"?
¿Y acaso no forma parte lo que se lee de quien lo ha escrito e incluso de quien lo ha leído e interiorizado?

La visión que yo pueda tener de alguien que conozco no es ni verdad ni mentira, la sensación que experimento, o que expreso, ni es cierta ni falsa, el efecto que te producen sus miradas, o sus comentarios, también forman parte de lo que es esa persona, aunque no sea un dato, aunque no ponga nada de eso en su sincera y pobre biografía o en su DNI. Por esto digo que la sinceridad se nos queda pequeña, casi antes de empezar. La literatura, y en general todas las artes están por encima de  la verdad y la mentira.

"La mayor parte de la escritura se hace lejos de la máquina de escribir"
Henry Miller


Al ver a aquella niña escribiendo desde su infancia, no he podido evitar sentirme identificada. He pensado un montón de veces lo desgraciada que sería si nadie me hubiese enseñado a escribir. Por que escribir te da alas, y te permite compartirlas con quien quieras. Y es un terreno infinito lleno de posibilidades.
Y la dimensión escrita de una persona no sólo revela aspectos de su personalidad que sería imposible conocer de otra manera, sino que también completa al propio individuo al ser una vía de expresión incomparable con ninguna otra. Y hay tantos caminos por explorar..

"Escribir es una evasión del mundo. Me gusta estar solo en una habitación. Es casi una forma de meditación, una investigación de mi propia vida. "
Neil Simon

Y soy consciente cuando escribo de que mis ensayos, si se pueden llamar así, revelan una parte de mí, quizá de mi criterio o de mi forma de ver la vida. Pero hay otro tipo de textos, puramente literarios, que revelan una parte de mí completamente diferente. No hay sinceridad en ellos, porque tampoco cabe la posibilidad de la mentira. Eso es lo que he estado haciendo [escribiendo] últimamente, y, aunque sé que no tengo que justificarme porque realmente no tengo a nadie que espere una nueva entrega de estas divagaciones salvo yo misma, quiero que sepas, quienquiera que seas que me has leído alguna vez, que esto es a lo que me he dedicado últimamente:

El Mundo Sensible

No es sólo que escriba sobre temáticas diferentes, es que he descubierto otro camino que no sé a dónde me lleva pero que quiero explorar.

"Cuando uno escribe para satisfacer la inspiración interior del alma, uno da a conocer por lo escrito, aun sin quererlo, hasta la más mínima fibra de su ser y de su pensamiento. "
Germaine De Staël