viernes, 26 de octubre de 2012

Sobre nuestro piadoso ministro de Interior

Hace unos pocos días leí la noticia de que el ministro de Interior, de viaje en el Vaticano por alguna razón, espero, le pedía al Papa que rezase por nuestro país. Inmediatamente, mi máquina de pensar soltó un chispazo. Resulta que nuestro ministro del interior, que por lo visto no tiene mucho curro por aquí, se va al Vaticano a semejante prueba de la incapacidad del Gobierno.
Y lo mejor es que el Papa le responde ¿qué dirán que le responde? -"Ya lo hago".
Pues parece que algo falla en sus plegarias, señor Pontífice [obviando directamente la opción de que Dios no exista] quizá está haciéndole el vacío, lo que me parece incluso más probable. En fin, que indagando un poco más sobre el tema, me entero de que nuestro ilustre ministro de Interior, es nada menos que un supernumerario del Opus Dei. ¿Qué, sorprendidos? No mucho, ¿Verdad? pues esperen que todo no acaba ahí. En una entrevista, Fernández Díaz explica su "retorno a la fe", diciendo entre otras cosas perlitas como que "Dios es el legislador del Universo", lo que, francamente [y nunca mejor dicho] no sé en qué lugar deja a nuestros legisladores "electos" de carne y hueso, pero en fin; a la pregunta "¿Y cómo vive la política?" Responde, así, en bravo: "Como un gran campo para el apostolado". ¡Como un gran campo para el apostolado! Recordemos que este señor es el titular del ministerio de Interior, el mismo que ha reprimido con violencia protestas pacíficas y más que justificadas, el mismo que quiere modificar la ley para que la resistencia pasiva sea considerada delito, el mismo que no tardó ni dos días en encausar a Sánchez Gordillo y compañía por robar comida de un supermercado para dársela a gente que no tiene qué comer, el mismo que felicita a los antidisturbios el día después por haber dado palos a diestro y siniestro, en fin, causas que no parecen muy cristianas no? Me pregunto qué le diría el mismísimo Jesucristo a un personaje tal; me es difícil imaginar un ejemplo que ilustrara mejor el famoso refrán a Dios rogando y con el mazo dando.
Pero esperen, que esto todavía no ha acabado. Fue cuestión de minutos [o ahora con Internet, segundos] caer en estas dos noticias, ambas publicadas por el plural.com, en que se denuncia el progresivo nombramiento de cargos en el citado ministerio de personas sospechosamente afines a su ideología y creencia, es decir, del Opus; y más aún, la denuncia de un supuesto documento en que se clasifica a los funcionarios por colores según su ideología o afinidades, coincidiendo con algunas destituciones igualmente turbias.

¿Qué, queréis más? Pues agarraros que aquí viene la última: no sé si recordaréis que en julio hubo una polémica con el ministro porque anunció en la radio una detención de un etarra que todavía no se había producido, con lo que puso en peligro una operación conjunta de los cuerpos de policía español y francés. Esto motivó la protesta del sindicato unificado de policía, que mandó una carta a Rajoy. En esa carta, que no tiene desperdicio, aunque quizá pasó demasiado desapercibida y no se analizó en profundidad, se alude a un supuesto acuerdo de Rajoy con el Vaticano para poner al frente del Ministerio del Interior a alguien literalmente "religioso [o del Opus]" Esto dicho por la propia policía. Aquí está la noticia y la carta.

Y con todo esto a las espaldas, va y dice el ministro, en la ya famosa visita a la "Santa Sede", una frase que, desde luego, ya es el colmo de los colmos de la teologización de la política, de la ilegítima y oscurantista incursión de la iglesia en los asuntos de estado:
"España será cristiana o no será". ¿Es que hay algo más perverso que usurpar una frase del Che Guevara que originalmente decía "La revolución será socialista, o no será", para convertirla en una sentencia de lo más conservadora y autoritaria?


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